El presidente de C-LM tratará de llegar a un acuerdo con Rajoy sobre el agua

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado que, "cuando se serene el ambiente en el conjunto del país", tiene la intención de reunirse con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para intentar llegar a un acuerdo sobre el agua...

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha asegurado que, "cuando se serene el ambiente en el conjunto del país", tiene la intención de reunirse con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para intentar llegar a un acuerdo sobre el agua.


Page, tras votar en las primarias de su partido el sábado en las que concurre a la reelección como secretario regional del PSOE, ha respondido a preguntas de los periodistas sobre la denuncia de la Plataforma en Defensa de los Ríos Tajo y Alberche por estarse trasvasando otra vez a Levante desde los pantanos de cabecera.


El presidente castellano-manchego ha manifestado su intención de tratar este tema con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y poner sobre la mesa la necesidad de alcanzar "un gran acuerdo" a nivel estatal que "necesariamente tiene que basarse en criterios técnicos y de sostenibilidad".


Castilla-La Mancha, ha apuntado Page, "abanderará ese proceso de diálogo" desde la "tranquilidad y serenidad" e intentando, "de buena voluntad, llegar a acuerdos".


Ha insistido en que la situación de ruina del agua que hay en España pone de manifiesto, "no solo que este país tiene un problema cíclico" sino que también ha sacado a la luz "las grandes verdades".


En este sentido, el presidente regional ha criticado que en el Levante no se estén utilizando las desaladoras que han costeado "todos los españoles con fondos europeos y que, si no se gestionan, tienen que ser devueltos".


"Ojalá tuviéramos las posibilidades técnicas del Levante", ha subrayado García-Page, quien ha abogado por un nuevo modelo de gestión de los recursos hídricos del país.


Para García-Page, la actual situación de "infarto de agua" por la que atraviesa España, no sólo tiene que servir de lección, sino que "tristemente nos da la razón" y pone de manifiesto que la única política de agua no puede consistir en trasvasar "desde la España seca y cada vez más seca a la España seca y también cada vez más seca.