Los regantes han alertado de la demolición de presas y azudes por el daño que esto puede causar a los agricultores, tras la orden de derribo de la presa de Valdecaballeros (Extremadura) dictada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) ha pedido en un comunicado al Miteco prudencia en la valoración de la necesidad de derribar infraestructuras que pueden ser aprovechadas y que ya cuentan con un ecosistema propio.
Ha avisado de que estas actuaciones agravan la "dramática situación" que sufren los agricultores como consecuencia de la sequía y pueden encarecer aún más el precio de los alimentos.
Entre 2005 y 2021 se han eliminado 634 presas y azudes catalogados como obsoletos dentro de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR), que tiene entre sus actuaciones la eliminación de barreras en los ríos y cursos fluviales con el objetivo de que el agua pueda fluir sin obstáculos.
Fenacore ha recordado que el año pasado se actualizó dicha estrategia con una inversión prevista de 2.500 millones de euros para el periodo 2022-2030.
Mucha de las infraestructuras demolidas son pequeñas y están en desuso o en mal estado, pero los regantes han pedido que se analicen los derribos con una información pública de seis meses en cada caso, al igual que se hace con la construcción de presas, además de abrir un plazo de tres meses de vista y audiencia a los interesados y de realizar una evaluación del impacto ambiental.
La presa de Valdecaballeros tiene una capacidad de 71 hectómetros cúbicos y actualmente proporciona agua para el abastecimiento de varias localidades cercanas, así como usos recreativos y medioambientales de valor ecológico.
