La superficie dedicada a cultivos transgénicos a nivel mundial creció un 1,9 "desarrollados" y el resto en vías de desarrollo.
Estados Unidos se sitúa a la cabeza con 75 millones de hectáreas, seguido de Brasil, con 51,3 millones; Argentina, con 23,9 millones; Canadá, con 12,7 millones; e India, con 11,6 millones.
España, con 100.000 hectáreas de maíz transgénico plantadas, ocupa el décimo séptimo puesto a nivel mundial; Portugal, con una cifra inferior a la española, es el otro país comunitario con cultivos transgénicos.
La soja biotecnológica cubrió el 50 % del área total de transgénicos tras crecer su extensión un 2 % el año pasado en relación a 2017.
El pasado 26 de julio, la Comisión Europea (CE) aprobó en relación con los organismos modificados genéticamente (OMGs) siete nuevas autorizaciones para uso alimentario de algodón, maíz y soja transgénicos; dos renovaciones de autorización para alimentos y piensos de colza y maíz modificado, y la aprobación un clavel para uso ornamental.
Tres días más tarde, el 29 de julio, la CE aprobó la importación de una variedad de maíz modificada para ayudar al agricultor a controlar el gusano de la raíz del maíz (CRW), según han recordado desde la Fundación Antama.