El calor y la falta de lluvias cambia el mapa de los cultivos agrícolas

La agricultura y ganadería de muchas comarcas de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha y algunas de Castilla y León, Aragón y Canarias están sufriendo recortes de agua debido a la sequía meteorológica por la falta de precipitaciones y a las altas temperaturas, lo que va a cambiar el mapa de cultivos...

Daños por sequía (foto agroseguro)

La agricultura y ganadería de muchas comarcas de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha y algunas de Castilla y León, Aragón y Canarias están sufriendo recortes de agua debido a la sequía meteorológica por la falta de precipitaciones y a las altas temperaturas, lo que va a cambiar el mapa de cultivos.

"Este año hidrológico es por ahora el tercero más seco de lo que va de siglo"m pese a las lluvias de marzo y abril, ha asegurado a Efeagro el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, quien ha avanzado que el verano meteorológico -junio, julio y agosto- será más cálido de lo normal y con lluvias por debajo de la media.

El agua embalsada, con datos a 7 de junio, se sitúa en 27.489 hectómetros cúbicos, con lo que la reserva hídrica española se sitúa al 49 "La coyuntura se está volviendo compleja", afirma a Efeagro desde el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (Ceigram) Carlos Gregorio Hernández, ya que a la escasez de agua se ha unido el aumento del precio de la energía.

"Ya está cambiando la distribución de cultivos por el factor agua en España. Es difícil ver maíz en Andalucía y las alternativas están siendo las hortalizas, los frutales y el olivar", ha puesto como ejemplo, o con girasol, que es de secano y si se riega solo será con una pequeña cantidad de apoyo.

A su juicio, las políticas hidrológicas tienen que seguir manteniendo la unidad de gestión de la cuenca hidrográfica, jerarquizar los usos el agua, modernizar las instalaciones y reciclar y regenerar el agua de drenaje para volverla a usar, y así evitar la saturación de acuíferos con agua de mala calidad como en el entorno del Mar Menor.

A finales de mayo, la organización agraria COAG presentaba un estudio en el que se cuantificaba en 550 millones al año las pérdidas que produce el cambio climático en la agricultura española, la mitad de ellas relacionadas con la sequía.

El autor de "Impactos del cambio climático en la agricultura española" y responsable de Riesgos Agrarios de COAG, Pablo Resco, se ha mostrado convencido de que "hay que actuar sí o sí" porque, según insiste a Efeagro, son ya 250.000 las hectáreas que están en riesgo de desertificación en España.

"Los daños podrían aumentar drásticamente si las emisiones de efecto invernadero continúan al ritmo actual" y sube la temperatura en el planeta, ha añadido.

En el escenario de que se produzca un calentamiento global de dos grados centígrados en 2050, respecto a los periodos preindustriales, los efectos podrían ser "muy graves" y hacer peligrar las dehesas de encina en Extremadura y Andalucía, y traducirse en una bajada de hasta un 20 % de los rendimientos en cereales, viñedo y olivar.

De acuerdo a sus datos, en este supuesto aumentaría el estrés hídrico de los cultivos y su evapotranspiración, a la vez que habrá una mayor frecuencia de extremos climáticos como olas de calor, lluvias torrenciales y periodos de sequía y de pedriscos.

El secretario general de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Juan Valero, ha valorado el actual apoyo público a la mejora de los regadíos, "los más modernos de Europa", tras afirmar que la política que se han hecho en este sentido en los últimos 25 años ha sido "un éxito".

Fenacore ha defendido la revisión de los planes hidrológicos españoles para así cubrir el déficit de inversiones en infraestructuras hidráulicas -como presas y embalses- con el objetivo de mantener la producción de alimentos, pero usando menos agua y menos energía.