La Guardia Civil de la Región de Murcia, en el marco del ‘Plan contra las sustracciones en explotaciones agrícolas y ganaderas’, ha desarrollado una investigación para esclarecer la sustracción en explotaciones apícolas de la Región, de colmenas, abejas y miel, que se ha saldado con un individuo investigado como presunto autor de delito de hurto.
La investigación se inició cuando guardias civiles de los equipos ROCA, gracias a los contactos habituales mantenidos con representantes de las asociaciones de agricultores y ganaderos de la Región, detectaron la sustracción de colmenas en varios asentamientos de las pedanías murcianas de Torreagüera, El Palmar y Los Ramos.
Los investigadores recabaron la información necesaria para conocer el 'modus operandi' empleado, lo que supuso averiguar que los hechos se cometían, principalmente, de madrugada y que por su profesionalidad podía tratarse de personas vinculadas con el sector apícola con conocimientos y material suficiente para abordar las colmenas de manera eficaz.
La Guardia Civil dispuso diversos servicios de vigilancia preventiva con el objetivo de identificar y, en su caso, detener a los autores de estos hurtos, informaron fuentes de la Benemérita. Es en uno de estos dispositivos policiales cuando una patrulla del Cuerpo sorprendió a una persona, ataviada con indumentaria propia de estas labores, introduciendo varias colmenas en el remolque de un vehículo.
Esta persona –varón, español, de 36 años y relacionado con el sector apícola– ha resultado investigada como presunta autora de delito de hurto y las colmenas que pretendía sustraer han sido devueltas a su legítimo propietario. El sospechoso y las diligencias instruidas han sido puestas a disposición del Juzgado de Instrucción de Murcia.
Las pesquisas practicadas por la Benemérita han permitido averiguar que, previo a la sustracción de las colmenas se realizaron labores de reconocimiento y estudio del terreno con el objetivo de reconocer los caminos y veredas que daban acceso a la finca para, más tarde y de madrugada, acudir al lugar con un vehículo dotado de remolque.
Una vez en la finca, las colmenas eran trasladadas hasta un lugar accesible y próximo al vehículo, donde se mantenían entre dos y tres horas hasta que las abejas se introducían de nuevo, momento en que se cerraban y se depositaban en el remolque para su traslado.