El precio que cobra un agricultor o un ganadero se multiplica casi por diez para algunos alimentos frescos, como es el caso del kilo de naranjas, que en el campo se paga a 0,15 euros, mientras que el consumidor lo compra en la tienda a 1,18 euros, lo que supone multiplicar por 9,87 su cotización inicial.
Así se desprende del último Índice de precios en origen y destino de los alimentos (IPOD) que la asociación agraria COAG difunde mensualmente y que arrojó para el pasado mes de junio una diferencia porcentual del 887 "/images/showid/5398118.jpg" alt="IPOD Junio 2022 (Tabla COAG)">