Las tierras agrícolas abandonadas en la Comunidad Valenciana aumentaron en 2022 en 6.437 hectáreas, lo que supone un incremento interanual del 3,9 por ciento y sitúa el total de hectáreas que se han dejado de cultivar en esta autonomía en 171.386.
Así lo revela un estudio de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) elaborado a partir de la encuesta Esyrce del Ministerio de Agricultura, según el cual, en el conjunto de España, el número de tierras que se dejaron de cultivar se incrementó un 2 "consolida de modo más destacado su posición de 'farolillo rojo' a nivel nacional y muy posiblemente de Europa en superficie agraria sin cultivar".
Destaca que frente a la situación de la Comunidad, otras autonomías con mayor extensión agraria recuperaron terreno cultivable, como Castilla-La Mancha (un 1,53 % y 159.446 hectáreas baldías), Castilla y León (un 1,33 % y 123.442 hectáreas) o Andalucía (un 1,05 % y 127.497 hectáreas abandonadas).
Según AVA-Asaja, todos los principales cultivos valencianos experimentaron un importante retroceso de su superficie.
Los cítricos perdieron 6.151 hectáreas, lo que implica un 4,1 % menos en comparación con 2021, al pasar de 149.648 a 143.497 hectáreas en regadío.
El viñedo se redujo un 2,9 %, con 1.953 hectáreas baldías más, en similares términos que el olivar, que bajó un 2 %, con 1.968 hectáreas.
Otras producciones con tendencia negativa fueron las hortalizas y flores (-9,6 %), el caqui (-2,1 %) o las frutas de hueso (-0,8 %).
Por el contrario, crecieron su superficie cultivada el kiwi (+12 %) y el aguacate (+0,07 %) con una presencia aún minoritaria, y destaca el incremento de los huertos familiares, dedicados principalmente al autoconsumo, que tras aumentar un 16,4 % en el último año superan las 12.062 hectáreas.
Para AVA-Asaja, estos nuevos datos corroboran la crisis de rentabilidad de los productores valencianos, e insiste en "la urgencia de adoptar una hoja de ruta consensuada entre todos los partidos políticos y el sector con el objetivo de garantizar una estabilidad económica a la actividad agraria que permita reactivar el relevo generacional y recuperar campos baldíos".
El presidente de la organización agraria, Cristóbal Aguado, ha subrayado que la clase política "ya no puede esperar más para reaccionar de manera urgente y eficaz".
"Somos líderes en tierras dejadas de cultivar, en envejecimiento de población agraria y en falta de incorporación de jóvenes. Las pseudopolíticas filosóficas con las que están experimentando nuestros gobernantes no solo no solucionan los problemas, sino que nos están expulsando de los campos y granjas", ha denunciado.
Según Aguado, "cada vez estamos peor y lo único que recibimos son buenas palabras, malas leyes y un acoso permanente", y ha advertido de que o se cambia el rumbo o "el problema no será solo de los productores, sino de toda la sociedad porque peligra la autosuficiencia alimentaria, el cuidado del territorio y la lucha contra el cambio climático".