La actividad agraria fue declarada "esencial" desde que comenzó la pandemia y el campo no ha parado de trabajar, pese a las restricciones: en el caso de la venta de maquinaria, se han resentido las cifras pero la inversión media para comprar un tractor ha crecido hasta rondar los 60.000 euros.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) contabilizó la venta de 10.597 tractores nuevos a lo largo de 2020, frente a los 12.067 registrados en 2019 o los 11.316 inscritos en 2018.
La demanda en España, según los datos de 2020, se centró en vehículos de doble tracción (9.694 unidades), sobre todo de tractores de dimensión normal (4.719 unidades) y estrechos rígidos (4.695 unidades); tan solo se vendieron 48 unidades de simple tracción.
Al inicio del confinamiento, en marzo de 2020, las cifras de ventas se desplomaron hasta un 44"otros equipos de recolección" (7,67 millones de euros), entre los que se encuentran las empacadoras grandes (94.640 euros/unidad), los equipos de carga (82.640 euros/unidad) o los vibradores (28.030 euros/unidad).
En el extremo contrario, la maquinaria agrícola más barata son los equipos para siembra y plantación con aplicadores de cubiertas del suelo (1.300 euros/unidad), las motoazadas (1.480 euros/unidad), subsoladores para preparar el terreno (2.710 euros/unidad) y espolvoreadores de tratamientos (3.630 euros/unidad).
Les siguen las desbrozadoras (4.880 euros/unidad), barredoras y aspiradoras (5.220 euros/unidad), motocultores (6.530 euros/unidad) y la maquinaria para plantación (6.600 euros/unidad).
