Los apicultores extremeños lo tienen claro: O esto cambia o es la ruina total

Los apicultores extremeños han alertado de que si la situación ambiental, sanitaria y de aumento de costes no cambia en un futuro próximo, será la "ruina total" del sector...

Apicultor colmena (Foto Generalitat Valenciana)

Los apicultores extremeños han alertado de que si la situación ambiental, sanitaria y de aumento de costes no cambia en un futuro próximo, será la "ruina total" del sector, a la vez que han defendido que las ayudas sirven "para mantenerse vivo y poco más".

Muchos de estos profesionales se han dado cita en la localidad cacereña de Caminomorisco para participar en la novena edición de la Feria Internacional de Apicultura y Turismo de Las Hurdes.

Este certamen ha reunido a más de sesenta expositores de doce países, lo que le convierte en una cita de referencia en el panorama nacional e internacional del sector apícola.

A pesar del ambiente festivo, los apicultores no ocultan su honda preocupación por el presente y el futuro de un sector que, en la comarca cacereña de Las Hurdes, supone uno de los principales motores de desarrollo.

Paulino Marcos, presidente de la Asociación Cacereña de Apicultores, que gestiona 350 explotaciones y 250.000 colmenas, ha señalado a Efe que en este último año el sector de la apicultura en Extremadura "ha ido de Guatemala a guatepeor".

"Tuvimos un otoño parecido a este y las perspectivas eran buenas, porque empezó a llover. Pero al llegar la primavera no fuimos capaces de recuperar el total de las colmenas que se nos habían muerto y tuvimos que hacer un esfuerzo bestial para recuperarlas y entonces la producción prácticamente desaparece", ha explicado.

De igual forma, ha indicado que la recogida de polen no ha llegado ni a un 20 "nos encontramos con la subida desmesurada de los precios del gasóleo, por lo que es obvio que este año ha sido histórico, pero por malo".

"No sé cuánto tiempo va a aguantar el sector más con las colmenas porque o cambia esto o vamos a la ruina total. Ya hay mucha gente que vende y traspasa explotaciones y como esto siga así en pocos años no podremos vivir de la apicultura", ha lamentado.

Paulino Marcos ha subrayado que los jóvenes que se incorporan a la apicultura "son los que más pena me dan".

"Gente joven que se queda en los pueblos, que fijan la población en comarcas despobladas y a los que les estamos embarcando en algo que los puede llevar a la ruina", ha aseverado.

Entre las principales problemáticas, además del aumento de costes, ha citado la varroa, que está matando colmenares enteros porque las materias activas que valían hace años ya no sirven, debido a que el ácaro ha evolucionado, y el cambio climático, que nos tiene locos porque ahora las colmenas extremeñas se funden y se mueren con el calor extremo.

En cuanto a los soluciones, ha propuesta que se investigue una nueva molécula "que nos mate este ácaro que nos destruye"; que se controle la entrada de miel de terceros países en España; un sistema de etiquetado "claro" y que "no engañemos a la gente, porque no se puede vender miel de otros países con el nombre de miel española".

Por su parte, Primitivo Pino, presidente de la cooperativa Sierramiel, dedicada a la venta de miel, polen y cera de abeja y que reúne a 102 socios y 40.000 colmenas, ha subrayado que una de las principales preocupaciones del sector sigue siendo la mortandad de colmenas y la climatología, "que nos afecta muchísimo", y unos "costes imposibles, tanto que a la mayor parte de los apicultores ya no le cuadran los números".

"Las ayudas de los fondos europeos y del Plan Nacional Apícola son una pequeña inyección que nos ayudan a enfrentarnos a la cruda realidad que tenemos por delante, porque la cosa no es fácil", ha indicado Pino.

Por este motivo ha reclamado un aumento de las ayudas "porque nuestras colmenas están haciendo una labor muy importante, que no solo es la producción de miel, porque sin abejas no hay polinización y sin ésta no tenemos alimentos".

También ha pedido a las autoridades que sigan apostando por este sector tan importante "porque sin apicultura los pueblos se mueren".

"La apicultura es una profesión muy bonita, pero no es fácil. Los jóvenes piensan que la ayuda a la incorporación basta para poner colmenas y coger miel pero que hay mucho trabajo detrás", ha concluido.