La campaña de tomate, que se inició el pasado viernes con una semana de antelación respecto al pasado año, lo hace con una previsión de producción a la baja por los efectos de la climatología, según ha avanzado UPA-UCE Extremadura.
Las altas temperaturas y las últimas lluvias de mayo y junio han provocado una merma cercana al 10"tan importante para nuestro regadío", ha incidido.
Con respecto a la rentabilidad, este año se ha producido "una subida significativa" en el precio de la contratación en un 47%, al pasar de los 102 euros/tonelada en 2022 a 150 euros actuales.
Pese a que esta subida es un "logro significativo, fruto del frente común en la negociación realizado por las organizaciones agrarias y las OPFH, el precio sigue resultando ajustado debido a la mencionada bajada de la rentabilidad de las explotaciones".
Según la organización, "siendo este un cultivo tan sensible a las lluvias o temperaturas, las medias de la producción que se contratan no se llegan a cumplir salvo años extraordinarios".
Por ello, UPA-UCE "estará vigilante en la próxima campaña para que se produzca un reconocimiento de la subida de los costes de producción y una actualización en el precio de contratación".
"Habrá que tener en cuenta en el futuro que teniendo este producto una evolución favorable en el mercado internacional, y que la industria no tiene problemas de almacenamiento, parte de los beneficios deberá traducirse en mejores precios para los productores”, según el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.
Por otro lado, UPA-UCE ha celebrado la consecución de las ayudas anunciadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para los productores de tomate que no han podido sembrar en 2023 todas las hectáreas previstas debido a la sequía.