La guerra en Ucrania tensiona aún más a una cadena alimentaria que urge soluciones

La alerta por la dependencia de cereales de Rusia y Ucrania, la industria buscando soluciones ante la carestía del aceite de girasol y los precios de la energía y del gasóleo marcando récord históricos: la guerra añade tensión a una cadena alimentaria que urge soluciones por parte de las administraciones...

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La alerta por la dependencia de cereales de Rusia y Ucrania, la industria buscando soluciones ante la carestía del aceite de girasol y los precios de la energía y del gasóleo marcando récord históricos: la guerra añade tensión a una cadena alimentaria que urge soluciones por parte de las administraciones.

La sequía y el escenario inflacionista que centraban las preocupaciones de la cadena se suman al efecto de la guerra en el sector agroalimentario cuyos actores insisten en pedir soluciones y mercados alternativos ante una realidad que ya es grave en aspectos concretos y que puede alargarse en el tiempo.

La radiografía que deja casi veinte días de conflicto armado en Ucrania resulta preocupante; el Gobierno insiste en que el abastecimiento de alimentos está asegurado, si bien este mismo lunes ha anunciado que busca nuevos mercados para conseguir algunas de las materias primas que se necesitan, como el maíz.

En Argentina ha puesto los ojos España, que trabaja en levantar las restricciones técnicas para importar maíz de este país, según ha avanzado este lunes el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

Y es que el resto de las soluciones dirigidas a aumentar la producción, aunque se acuerden con urgencia, no aliviarían la situación de inmediato que se deriva de una realidad: España compra a Ucrania el 27 "snacks" requieren de esta grasa en sus transformaciones y, de momento, sólo tienen abastecimiento asegurado para un mes mientras buscan fórmulas alternativas par sus elaboraciones con otras grasas.

También en los supermercados se ha puesto el foco en este producto y el comportamiento "anómalo" de la demanda que ha provocado que se limite la compra en algunas de las cadenas de supermercados.

Las organizaciones de consumidores han criticado esta reacción e incluso una de ellas, Facua, ha denunciado a cinco cadenas de supermercados e hipermercados por limitar a los consumidores el número de unidades de aceite de girasol que pueden adquirir en cada compra.

Así la cosas, el gasto en llenar la nevera sigue subiendo mes a mes, según confirman los indicadores oficiales como el IPC (+5,6 %) y los estudios de todas las consultoras, cuyos expertos ya atisban cambios en los hábitos de compra para adaptarse a la nueva situación.

La guerra de Ucrania complica así la realidad de un cadena alimentaria que, pese a todas las incertidumbres, sigue trabajando para poder llevar alimentos a un precio asequible a todas las mesas.