La productividad agrícola en la región mediterránea podrá caer un 17"sin mayor dilación" a través de “medidas transformadoras” de mitigación y de adaptación para paliar los impactos de la crisis climática.
Así, aunque algunas consecuencias ya son inevitables, su magnitud y alcance difieren según los niveles de calentamiento: por ejemplo, el número de muertes y de personas en riesgo de estrés térmico podrá ser hasta tres veces mayor en un escenario de 3 ºC (siempre respecto al periodo 1850-1900) que en el recomendado de 1,5 ºC.
El nivel del mar podrá subir entre 20 centímetros y más de un metro en la región mediterránea, donde un “un 37% de la costa (con 42 millones de personas) es de altura baja y estaría afectada por este riesgo extremo”, apunta Carnicer.
Los daños causados por las inundaciones costeras se multiplicarán al menos por 10 a finales del siglo XXI e "incluso más o antes" con los esfuerzos actuales de adaptación y mitigación, reza el informe.
El IPCC incide en que hay una ventana de oportunidad que “se está cerrando” y que pasa por impulsar un cambio de comportamiento “combinado con intervenciones en edificios, refrigeración de espacios y planificación urbana para gestionar los riesgos del calor; restauración, ampliación y conexión de zonas protegidas para los ecosistemas”.
Frente al desafío agrícola, los científicos desaconsejan apostar por la irrigación, sobre todo en el contexto de estrés hídrico que previsiblemente se agravará a medida que aumente la temperatura.