La Unió de Llauradors ha denunciado este miércoles un aumento de robos en la Comunidad Valenciana de algarrobas todavía verdes y de poco valor comercial debido a su temprano estado de maduración.
Aunque los robos son generalizados, las zonas productoras de la comarca del Maestrat y el Alto Palancia han sido las que más han sufrido este delito.
Iván Monroig, responsable del sector de La Unió, ha indicado que cuando los delincuentes arrancan el fruto seco para llevárselo, "el garrofín está tierno y no vale para nada, lo único que consiguen es destrozar los árboles a base de varazos para tirar las algarrobas a tierra".
Además, desde la organización agraria han previsto una cosecha bastante mayor que la pasada, que fue muy baja, pero aproximadamente el 80 % de una normal ya que la recolección se adelanta por el aumento de los robos que se llevan produciendo las últimas campañas.
Ante los hurtos detectados, ha solicitado a la Delegación del Gobierno una reunión para que se diseñe un plan especial de vigilancia que contemple que las Fuerzas de Seguridad del Estado extremen las labores de vigilancia en campo y con cualquier vehículo o almacén sospechoso de transportar o comerciar con mercancía robada.
La organización agraria también ha indicado que el motivo de los robos es la existencia de un mercado negro consolidado con compradores seguros que se quedan con la mercancía.
Cree además que, al contrario de lo que sucede con otras frutas y hortalizas donde existen muchos puntos de venta, en el caso de estos frutos secos es más fácil cometer el hurto porque se concentran en unos pocos campos.
Según las mismas fuentes, el atractivo de la algarroba reside en el aumento de su precio debido a la demanda existente por las empresas que utilizan este fruto para alimentación, productos de la salud, conservantes, espesantes, edulcorantes e incluso productos para la industria farmacéutica.
