Las nuevas técnicas genómicas y el potencial de las leguminosas ejemplifican algunos de los retos que afronta el sector de las semillas, como se ha puesto de manifiesto durante la Asamblea General de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove).
La directora general de Producciones y mercados agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), Ana Rodríguez, ha destacado en la clausura que "no se puede desechar ninguna de las tecnologías, como las nuevas técnicas de edición genética, para una obtención vegetal más productiva, más resistente a las plagas y menos demandante de insumos".
En este sentido, ha reiterado la voluntad del Gobierno de impulsar su regulación en la Unión Europea (UE) y se ha comprometido a seguir trabajando en los asuntos relacionados con la propiedad intelectual bajo los estándares europeos.
Cuestiones pendientes
El director general de Anove, Antonio Villarroel, ha alertado de los riesgos de la posible exclusión de la patentabilidad en el caso de las plantas obtenidas por las nuevas técnicas genómicas y equivalentes a las surgidas por métodos convencionales, ya que algunas empresas biotecnológicas pueden llegar a "dejar sin valor" variedades que toman del mercado, tras introducir mejoras genéticas.
Actualmente se está debatiendo en la Unión Europea una propuesta de reglamento de estas técnicas, aunque todavía no hay acuerdo en el Consejo de la UE, ha explicado el subdirector general de Medios de producción y Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV) del MAPA, José Antonio Sobrino.
Ha admitido que la Comisión Europea no tiene previsto modificar a corto plazo el reglamento para abordar la propiedad intelectual de estas técnicas, y ha defendido que, con la reforma, se pretende "democratizar el panorama de su utilización en la mejora vegetal y poder crear un espacio de competencia con muchos tipos de empresas ofreciendo sus productos", incluidas pequeñas y medianas.
También está en negociaciones un nuevo reglamento en materia de producción y comercialización de materiales de reproducción vegetal, con vistas a armonizar el marco jurídico, adaptarlo al Pacto Verde europeo y promover la innovación del sector.
La subdirectora general de Cultivos herbáceos y proteicos del MAPA, Paz Fentes, ha subrayado el potencial que tienen las leguminosas, cuya escasez obliga a importar en grandes cantidades en la UE.
Son especies que favorecen la diversificación del medio agrario, aportan nutrientes al suelo, forman parte de una dieta saludable y pueden contribuir al desarrollo de productos proteicos alternativos para el consumo humano, según ha detallado Fentes.
Y ha citado las medidas que se están impulsando en este terreno, como el plan de proteína vegetal de la UE, cuyo borrador de la Comisión Europea se espera para los próximos meses; y las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), con un mayor presupuesto a las ayudas asociadas a las leguminosas y más apoyo en el fomento de la biodiversidad.
Innovación en proteínas vegetales
Según un estudio presentado por el Instituto Cerdà, la opinión pública se está dando cuenta de que la disponibilidad de alimentos "es más un privilegio esforzado y vulnerable a una superposición de retos" como el cambio climático, por lo que se necesita una nueva revolución en el sector.
"El salto importante tiene que venir de la tecnología en las semillas y la mejora vegetal", ha afirmado el coautor de ese tipo de estudios en la entidad Lluís Inglada.
El experto en tecnología de los alimentos Miguel Ángel Lurueña ha afirmado que se está innovando en las proteínas obtenidas a partir de vegetales, buscando que tengan buena calidad, se produzcan de forma sostenible y sean versátiles en la elaboración de alternativas a la carne y el queso, con buenas características organolépticas.
Además, están surgiendo empresas de inteligencia artificial que desarrollan algoritmos para proponer formulaciones de proteínas vegetales a partir de los gustos de los consumidores y la combinación de distintas sustancias.
