La sequía y las trabas digitales complican el primer semestre de la nueva PAC en España

El campo español está acabando el primer semestre de la nueva PAC en medio de una de sus peores sequías y de complicaciones por la dimensión de los cambios, que multiplican la burocracia, y que requieren digitalización...

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El campo español está acabando el primer semestre de la nueva Política Agraria Común (PAC) en medio de una de sus peores sequías y de complicaciones por la dimensión de los cambios, que multiplican la burocracia, y que requieren una digitalización para que los productores necesitan más tiempo.

El 30 de junio se cumplen seis meses desde la entrada en vigor de la PAC que regirá el campo entre 2023 y 2027 y también termina el plazo para solicitar las subvenciones.

El nuevo régimen, que beneficia a unos 630.000 agricultores y ganaderos, entró en vigor con el campo acarreando las consecuencias de la guerra de Ucrania y en sus primeros meses España está afrontando también la inflación alimentaria y dos convocatorias electorales.

España es el tercer país más beneficiado de la PAC, con más de 47.000 millones de euros, 7.150 millones anuales.

EXIGENCIAS MEDIOAMBIENTALES Y LA REALIDAD DE LA SEQUÍA

Las dos novedades principales de la PAC son el incremento de la responsabilidad de los Gobiernos a la hora de aplicarla, mediante un plan estratégico nacional, y la implantación de los eco-regímenes, que suponen el 23 "caóticos" los primeros seis meses de aplicación de la nueva PAC, porque "se ha triplicado" el tiempo en que se tarda en tramitar cada solicitud y las organizaciones agrarias están "desbordadas".

Pero la sequía, añade, ha contribuido a que en el campo español se esté produciendo "la tormenta perfecta", con bajas cosechas, problemas de materias primas y de abastecimiento de piensos.

El director técnico de COAG, José Luis Miguel, reconoce a Efeagro la complejidad añadida por la sequía pero se pregunta si "existen años normales": "Tenemos ya el cambio climático, los eco-regímenes no son realistas y sus características se han diseñado en un despacho".

Apunta en ese sentido que la mayoría de los países de la UE tienen características climáticas y agronómicas más estables que España.

El decreto para paliar la sequía ha flexibilizado, no obstante, requisitos como los demandados para la declaración de un "agricultor activo", para el número de cabezas ganaderas mínimas exigidas en los eco-esquemas o en exigencias sobre la rotación con legumbres.

Según Miguel, la nueva PAC es "una telañara que regula hasta las prácticas más específicas y una vuelta a la burocratización, además de reducir la autonomía del agricultor".

López ha recordado que cuando el 1 de marzo se abrió el plazo para pedir las ayudas aún se estaba revisando la normativa y las aplicaciones informáticas no estaban puestas al día.

"Se han juntado muchas cosas", señala, y a este respecto ha apuntado que la convocatoria de elecciones autonómicas ha supuesto que sus Ejecutivos convocaran ayudas en unos plazos que se solapaban con los de la PAC, lo que duplicaba el trabajo para los profesionales técnicos.