Feragua pide activar automáticamente la emergencia de obras hidráulicas en sequía severa

Feragua ha pedido que los planes de sequía activen automáticamente la declaración de emergencia de las obras hidráulicas aprobadas en los planes hidrológicos cuando se llegue a una situación de sequía severa...

El presidente de la federación de regantes Feragua, José Manuel Cepeda, ha pedido que los planes de sequía activen automáticamente la declaración de emergencia de las obras hidráulicas aprobadas en los planes hidrológicos cuando se llegue a una situación de sequía severa.

En este sentido, ha puesto el ejemplo de lo que ocurrió en 1983, cuando el Gobierno de Felipe González aceleró o puso en marcha por la vía de urgencia hasta catorce grandes presas en Andalucía, que fueron fundamentales para aliviar el impacto de las sequías del 92-95 y sobre todo del 2006-08, cuando todos esos embalses ya estaban operativos.

En su participación en una jornada celebrada en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para debatir sobre el próximo Plan Especial de Sequía de la Cuenca, actualmente en período de consulta pública, ha expuesto las alegaciones de los regantes, ha informado en un comunicado.

Igualmente, ha reclamado que se aceleraran los plazos para ejecutar una presa (el recrecimiento del Agrio en Sevilla) y el estudio de alternativas y redacción de proyecto de los embalses de Cerrada de la Puerta en Jaén y San Calixto en Córdoba para iniciarlas antes de 2027, como se hizo en los años 80 con un Decreto de Sequía que aceleró la ejecución de numerosas presas en Andalucía, ha recordado Cepeda.

También se ha referido a la urgencia de la modernización del arroz, en Sevilla, y de otros sistemas como Vega de Jaén y Rumblar, en Jaén, y Albolote, en Granada, y de un plan de balsas de riego para aprovechar las aguas de escorrentías.

Además, los regantes piden, junto a los usuarios de abastecimiento e hidroeléctricos, la disminución de los caudales ecológicos cuando haya restricciones en el uso del agua, pues “el medio ambiente no puede estar por encima del hombre”.

Ha alegado que ,“si hay restricciones para el abastecimiento, el riego y la industria, carece de lógica mantener iguales los caudales ecológicos" y ha planteado que su disminución se tiene que indexar no solo al índice pluviométrico sino a un índice que califique la escasez hídrica –las restricciones a los usuarios-, de modo que cuando haya restricciones en los usos se pueda disminuir también el agua que se reserva con fines medioambientales.

Igualmente, ha defendido la inclusión en épocas de sequía programas especiales de control y vigilancia de la demanda, que deben extenderse a todos los usuarios y no solo de las grandes zonas regables.