El maíz brasileño quiere ocupar el espacio de Ucrania pero no lo tendrá fácil

Brasil, uno de los mayores productores mundiales de cereales, quiere ocupar el espacio que puede dejar Ucrania en el mercado del maíz y cree que tiene capacidad para ello, a pesar de los múltiples desafíos que aún enfrenta su producción...

Brasil, uno de los mayores productores mundiales de cereales, quiere ocupar el espacio que puede dejar Ucrania en el mercado del maíz y cree que tiene capacidad para ello, a pesar de los múltiples desafíos que aún enfrenta su producción.

La fuerte demanda y la invasión rusa de Ucrania han llevado a los precios internacionales del maíz a su nivel más alto desde 2012, lo que está llamando la atención de los exportadores brasileños, según fuentes del sector consultadas por Efe.

Ucrania y Rusia representan juntos entre el 16 y el 18 "Tenemos condiciones para producir un poco más y ya estamos plantando más que el año pasado", explica a Efe el presidente institucional de la Asociación Brasileña de Productor de Maíz (Abramilho), Cesario Ramalho.

"Brasil tiene un potencial de crecimiento muy bueno y estamos ante una gran oportunidad. Tenemos mercado, compradores y área para hacerlo", completa este empresario rural.

Sin embargo, hay varios factores que pueden echar por tierra toda esa expectación.

Para empezar las previsiones climáticas no son las mejores y existe la posibilidad de que el fenómeno de La Niña se prolongue hasta junio o julio.

En este contexto, Felippe Serigati, investigador del Centro de Agronegocios de la Fundación Getulio Vargas (FGV Agro), considera que si finalmente la segunda cosecha de maíz es buena, servirá principalmente "para cubrir los perjuicios" de la primera.

Además, según Ramalho, Brasil consume el 70 % de su producción, pues es el mayor exportador mundial de carne y una buena parte de su maíz se destina para la fabricación de piensos para cerdos y aves.

Pero con los precios y la demanda internacional al alza, los productores locales podrían empezar a mirar más al mercado exportador, un movimiento que podría impactar en el escenario nacional.

"Brasil tiene que estar atento porque necesita mucho su maíz y existe cierto pánico. Esa carrera por el maíz me preocupa", evalúa Ramalho.

Y luego hay un problema de costes elevados y dudas sobre el suministro de fertilizantes, ramo donde Rusia es un importante productor mundial.

"El sector del maíz empezará el próximo ciclo con costes altísimos y la incertidumbre de si tendrán acceso a esos insumos de producción", agrega el especialista, quien fue asesor de la Secretaría de Agricultura de Sao Paulo, el estado más rico de Brasil.

No obstante, Ramalho restó importancia a esa posible falta de fertilizantes por las sanciones a Rusia y que ha movilizado al Gobierno de Brasil en busca de nuevos proveedores.

"Tenemos tierras que están muy bien fertilizadas. Podemos plantar un año con menos y en las tierras más fértiles hasta sin ellos", apunta.